Esta institución modelo a nivel nacional prepara estudiantes de distintas comunidades rurales de Chuquisaca y otros departamentos para evitar la migración y formarlos en producción, comercialización y emprendimiento. Tiene a la venta productos de carpintería, metalmecánica y costura, además de una variedad de alimentos y sus conocidos productos lácteos.
El Centro de Formación Integral Rural Vera (CFIR Vera), más conocido como 'El Cortijo', es una institución modelo a nivel nacional que prepara estudiantes para evitar la migración temprana, formándolos en producción, comercialización y emprendimiento. Su fin es que esos alumnos sean personas con visión de futuro y puedan llevar una vida digna.
Actualmente está en capacidad de autosustentarse solo en un 70% y para cubrir sus gastos en un 100% requiere que la población adquiera sus productos.
“Nuestro fin no es hacer negocio, sino formar a la gente para que sean buenos ciudadanos, con valores morales y cristianos y buenos hijos de Dios.
Pero necesitamos de su apoyo para ser autosustentables. Hasta ahora lo somos, pero solo en un 70%”, enfatiza a CAPITALES la directora general del CFIR Vera, Doris Antelo Román, miembro del Instituto Secular Cruzada Evangélica Católica, grupo Seglares Consagradas.
Los centros educativos
A través de un convenio entre la Iglesia católica y el Estado, el CFIR Vera —que se fundó el 13 de julio de 1991— trabaja con dos unidades educativas: una de formación regular, la unidad educativa Doroteo Hernández Vera (fundada el 28 de marzo de 2015) y la otra de formación técnica humanística, el Centro de Educación Alternativa Vera.
En ambos casos, en honor al fundador del centro, el padre Doroteo Hernández Vera.
También está el Internado Mamá Jeanette, en reconocimiento a la madre del benefactor de esa institución, el ingeniero alemán Uwe Schmidt.
El CFIR Vera, con sus dos centros educativos, coadyuva en la formación científica y humanística de alumnos de secundaria para que continúen con estudios superiores en la universidad. Además, forma en las áreas técnica, tecnológica y productiva para que sean competentes en campos laborales productivos; “de esa manera están orientados hacia la producción e inserción laboral buscando ser bien pagados y no explotados”, informa la directora Antelo.
La formación técnica
Trabajan con talleres de formación técnica alternativa en las áreas de Agroecología y de Agricultura con varias especialidades y una gran producción en Carpintería, Construcción Civil, Agricultura, Zootecnia, Confección Industrial, Metal Mecánica, Electricidad, Tejidos, Costura, Corte y Confección, Mecánica Automotriz, Informática y Gastronomía, que comenzó recién este año.
La producción
La producción en agroecología y agricultura se desarrolla con cultivo de hortalizas, cultivos intensivos bajo cubierta, al margen de otros más amplios, de acuerdo con las etapas del año.
“Son productos totalmente ecológicos, no utilizamos químicos: nosotros preparamos los fungicidas y abonos foliares con hierbas y nada de productos químicos para fumigar o fertilizar”, aclara Antelo.
Luego, explica que elaboran su propio abono orgánico y humus con lombrices para los jardines, para nutrir la tierra y mejorar la producción.
En agroecología, producen con el sistema de hidroponía (método utilizado para cultivar plantas usando disoluciones minerales en vez de suelo agrícola). Comenzaron a aplicarlo para forraje de animales; ahora incursionarán en el cultivo de hortalizas con el fin de garantizar la producción, inocuidad, buena nutrición, y de ofrecer a la población algo sano y ecológico.
Los productos
En ese sentido buscan autosostenerse ofreciendo servicios en las áreas de carpintería (fabrican muebles garantizados y de muy buena calidad con madera de exportación). Algunas empresas les encargan puertas y ventanas; también trabajan con metalmecánica y costura. Con las ganancias ayudan a la alimentación y nutrición de los estudiantes del CFIR Vera.
De igual forma ofrecen a la venta ají dulce de Padilla, cosechado y transformado en polvo en el mismo centro, sin utilizar químicos ni ingredientes que adulteren los productos. Y una gran variedad de alimentos, como maíz, quinua, garbanzos, papa, hortalizas, verduras, huevos y carne de res, pollo, conejo y de cerdo.
Leche de El Cortijo
Del mismo modo tienen leche natural, con una capacidad de 900 litros diarios entre su producción y la de algunos proveedores con los que han sellado una alianza tras haberles capacitado en técnica de mejoramiento de corrales y ordeñe.
El litro de leche sin pasteurizar se vende a Bs 5. Entre los productos de derivados lácteos, el yogurt frutado se comercializa a Bs 15 el litro, los sachets a 50 centavos y 1 boliviano, el requesón a Bs 20 el kilo, la mantequilla a Bs 15 el paquete, el queso normal a Bs 36.
Incursionaron en el mercado de Sucre con variedades tales como el queso sefiriano, carnavalero, con orégano, con hierbas aromáticas y con picante.
Diariamente sus productos se venden en una tienda ubicada en la calle Loa 541, entre Arenales y Ravelo, frente a Opticenter. Los interesados también pueden llamar al 64-37411, o buscarles en El Cortijo, antes de llegar al pueblo de Yotala. Allí estuvo el suplemento CAPITALES.
Con alumnos de comunidades de Chuquisaca y otras regiones
El establecimiento educativo Doroteo Hernández es considerado desde hace cuatro años una unidad plena en la formación del bachiller técnico humanístico. Recibe estudiantes de comunidades rurales de Chuquisaca y de otros departamentos que viven bajo un sistema de internado.
Tiene 17 estudiantes externos de nivel secundario de Sucre, Potosí y comunidades cercanas a El Cortijo: Molle Mole, Siguayo, Mosoj Llacta y Tinteros.
Tiene una carga horaria de 1.920 horas para la formación desde primero a sexto de secundaria: de primero a cuarto de secundaria es técnica tecnológica y de quinto a sexto, especializada.
Según Miguel Lucas Gonzáles, director de esta unidad educativa, en 1960, desde que llegaron las señoritas del Instituto Secular Cruzada Evangélica de España, decidieron hacer un proyecto educativo que responda a la problemática y las necesidades de los estudiantes del sector.
Contra la desnutrición y la migración
Comenzó con una propuesta en el área de educación y salud, para mejorar la alimentación y solucionar problemas de desnutrición y migración de los estudiantes que abandonaban el sistema de educación regular y se iban al interior o exterior del país, donde muchas veces eran maltratados y explotados en el campo laboral.
Así se creó el CFIR Vera, con dos unidades en las que se forma humana y científicamente a los estudiantes para que luego continúen con estudios superiores. En la parte técnica, tecnológica y productiva, para que sean competentes en los campos laborales productivos.
Emprendimientos productivos y comerciales
Al principio fue la formación en producción. Ahora, además de ser productivos, generan emprendimientos productivos y comerciales bajo el lema: “Con Jesús, maestro, aquí estudiamos, trabajamos y producimos“.
“El estudio es muy importante en la parte científica humanística, rescatando saberes y conocimientos. Luego, en el trabajo es importante generar aprendizajes en convivencia no solo con los maestros, sino con trabajadores expertos formados en la vida; la producción también es una estrategia muy importante para que puedan generar diferentes habilidades, desarrollar conocimientos y los valores y principios católicos, cristianos, cívicos, culturales, democráticos y de liderazgo que complementan la formación integral de los estudiantes”, explica Lucas.
No comments:
Post a Comment