La Fundación Jubileo plantea construir nuevos indicadores de pobreza para que el análisis anual que realiza el INE al momento de medir esta condición refleje la realidad del país. La “multidimensionalidad” es un concepto que debe incluirse en el debate.
“Hoy hay una discusión extensa sobre cómo se mide la pobreza a la que es necesario incluir el tema de la multidimensionalidad, un nuevo concepto que se debe trabajar a profundidad y debe llevar a un debate tanto del Estado como de la sociedad para tratar de acercarnos a la realidad y construir nuevos indicadores de pobreza”, afirmó Juan Carlos Núñez, director ejecutivo de Jubileo.
La medición de la pobreza, considera, no solo debe circunscribirse a ponderaciones de las Necesidades Básicas Insatisfechas, que son estadísticas de pobreza asociadas a un estado de necesidad, carencia o privación de los bienes y servicios que determinan la satisfacción de las necesidades primarias de una persona o un hogar.
Esas cifras, según información del Instituto Nacional de Estadística (INE), evalúan específicamente condiciones de infraestructura de la vivienda, acceso a electricidad y combustible para cocinar, niveles educativos y atención de salud de la población.
Datos de Jubileo dan cuenta que en Bolivia la pobreza moderada se redujo de 60,1% en 2006 a 36,9% el año pasado, mientras que la extrema disminuyó de 37,7 a 17,1% en ese mismo periodo.
El 2017, de acuerdo con los resultados de las encuestas de hogares, la pobreza moderada en el país se redujo a su nivel “más bajo históricamente”. En el área rural registró una baja de 1,8 puntos porcentuales (pp), mientras que en el área urbana disminuyó en 3,4 puntos porcentuales, indica el INE en su página web. La pobreza extrema, por su lado, presentó una baja de 1,2 puntos porcentuales, de 2 en las zonas del campo y de 0,7 en las áreas citadinas.
“La pobreza tiene otras características, no como se mide actualmente, sino que hay otras dimensiones como ser la calidad en el acceso a la salud y educación, la vulnerabilidad a la inseguridad ciudadana o la carencia de un acceso a la justicia que hacen que una persona sea pobre”, afirmó Jaime Pérez, analista de la fundación.
Este medio envió al INE un cuestionario para conocer el método de cálculo de la pobreza en el país, pero no obtuvo respuesta.
Pérez sostuvo que desde 1976 —cuando el 86% de la población boliviana era pobre y no podía cubrir sus necesidades básicas— el Instituto no actualiza su cálculo de las Necesidades Básicas Insatisfechas y de la línea de la pobreza (que considera pobres a las personas cuyo ingreso no es suficiente para mantener un nivel de vida considerado adecuado), por lo que Jubileo propone una actualización de conceptos a la hora de medir los indicadores de esa condición.
Hay que tomar en cuenta, subrayó Pérez, que los datos del Censo Nacional de Población y Vivienda de 2012 muestran que el 45% de la población boliviana tiene sus necesidades básicas insatisfechas, por lo que se concluye que ese es el porcentaje de los habitantes en Bolivia que es pobre y no el 36,9%, como indica el INE.
“Esa proporción de hogares no tiene acceso a educación, salud, servicios básicos ni buenos insumos en sus viviendas”, agregó.En criterio de Núñez, un indicador de pobreza hoy en día puede ser la “inseguridad ciudadana”, la “violencia intrafamiliar”, el empleo y la calidad del empleo, la capacidad de una familia de generar ingresos en un determinada zona de una ciudad o la informalidad de la economía, entre otros.
Estadísticas. El consultor económico Rafael Aramayo sostuvo a su vez que las actuales políticas de lucha contra la pobreza incluyen elementos “deficientes”. Por ello, propuso que otro de los factores que debería tomarse en cuenta a la hora de medir la condición es el de la vocación productiva de los municipios.
“Hoy estamos en un debate enorme sobre el concepto de pobreza. El INE debería ser el ente que se motive para que estos datos macroeconómicos en Bolivia reflejen la realidad que está viviendo la población (...), porque se ven aspectos contradictorios como el hecho de que hay personas que mueren de hambre en El Alto, como el caso de una muchacha en esa ciudad”, dijo Núñez.
El caso mencionado por Núñez trata de una joven de 16 años que murió de inanición y que tenía acceso a educación y salud, así como a servicios de luz, agua, alcantarillado y transporte público.
Observación. Desde 1976 no se actualizan los indicadores que miden la condición
Marcelo Padilla
Una forma de luchar contra la pobreza es aprovechar el potencial económico que tienen los municipios del país.Es la propuesta de Rafael Aramayo, autor de El sistema económico de los sistemas locales, en el que se presenta una serie de indicadores de lo que se produce en Bolivia en los 339 municipios del país.
Planteó que las políticas contra la pobreza deben ser construidas sobre la base de las capacidades y las virtudes que el país tiene en materia productiva. “Como no tenemos esa información, se está obligando a las instituciones a planificar sobre la base de deficiencias”, lamentó.
En su criterio, hay que comenzar a proyectar la lucha contra las carencias identificando lo que las regiones son capaces de generar. “Por eso se habla de la vocación productiva del país. En base a eso se creará desarrollo, que es la mejor forma de reducir la pobreza”, afirmó.
Para la gente en el área rural, por ejemplo, algunos indicadores de pobreza pueden ser así fácilmente superables.
No comments:
Post a Comment