El Gobierno boliviano anunció que reconocerá plenamente dentro del reglamento educativo las escuelas taller impulsadas por la cooperación española en tres ciudades de Bolivia, las cuales forman a jóvenes en restauración y conservación del patrimonio
“Esta modo de educación se va a convertir en una modalidad más de todo el sistema educativo, va a ser plenamente reconocida. No será un programa separado sino será una parte (de) la estructura del sistema educativo”, explicó a Efe el viceministro de Educación Alternativa, Noel Aguirre.
El anuncio coincidió con la entrega de 56 certificados de técnico básico y auxiliar en siete disciplinas de las tres escuelas situadas en La Paz, Sucre (sur) y Chiquitania (Santa Cruz, este), al que asistió, además del viceministro, técnicos de la alcaldía paceña y el coordinador general en Bolivia de la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (Aecid), Francisco Sancho.
El responsable de educación de la Aecid en Bolivia, Jordi Borlán, explicó que en su nacimiento, en 1992 en la ciudad de Potosí (suroeste), esta iniciativa española, a pesar de dar una formación a jóvenes en madera, cerámica, forja y otras disciplinas, no contaba con un reconocimiento oficial.
En 2012, el Ministerio de Educación de Bolivia emitió tres resoluciones donde “reconoce la existencia de las tres escuelas taller”, como contó Borlán, que hoy perduran y comenzaron a emitir titulaciones oficiales y reconocidas por el Estado.
“A partir de ahí se normaliza la situación; el Ministerio reconoce estas escuelas y las ubica dentro del sistema educativo plurinacional”, dijo Borlán.
Ahora, con el reglamento que se aprobará previsiblemente el próximo mes formarán parte de las instituciones reconocidas formalmente como centros de educación alternativa.
“Dentro de ese reglamento se va a contemplar la existencia de unas escuelas que se dedican a la formación en oficios que tienen que ver con restauración y conservación del patrimonio”, adelantó Borlán.
Durante el acto, se entregaron nueve diplomas a estudiantes de la escuela taller de La Paz.
Juan Gabriel Quispe, un joven de 22 años ahora ya técnico auxiliar en carpintería, relató que él ayudaba a sus tíos que son carpinteros, pero entró en las escuelas taller a estudiar dos años de esta materia que calificó de “hermosa”.
A muchos de estos estudiantes se les encuentra con sus monos color caqui en edificios de La Paz trabajando en su cuidado y manutención.
También han ayudado a conservar los edificios históricos de la ciudad de Sucre, cuyo centro es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y las piezas de madera tallada de las iglesias y aldeas de las misiones chiquitanas, unas obras jesuíticas que también están reconocidas por el ente de las Naciones Unidas. EFE
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