La vida de María Cutili Huanca dio un giro cuando, a sus siete años de edad, recibió un regalo de la ciudadana estadounidense Frances S. Ligler que fue su patrocinadora hasta que cumplió 20 años. Desde entonces, ella recibió regularmente montos de entre 10 a 15 dólares, a través de las organizaciones ChildFund Bolivia (CF) y el Centro Integral San José Las Lomas (CISJLL) que depende de la Sociedad Católica San José (SCSJ).
"Fui una niña beneficiada porque mi familia era de escasos recursos”, recordó al contar que ella y su hermana mayor, Angélica, crecieron bajo el cuidado de su madre, Esperanza Huanca. "Ella es ayudante de albañil y sale a trabajar temprano hasta tarde”, contó.
Cutili nació en la zona Las Lomas de La Paz. Hasta sus siete años su familia se mudaba constantemente, pues alquilaban vivienda en diferentes zonas de El Alto. "Íbamos por todo lado”, contó y citó zonas como Villa Adela, San Roque, Germán Busch o 16 de julio.
Cuando vivían en la zona 16 de julio su abuelo, Ramón Huanca, les invitó a trasladarse a su domicilio en Las Lomas. Poco después, ella y su hermana fueron afiliadas al CISJLL, que trabaja estrechamente con CF.
Apoyo a niños
ChildFund es una organización que apoya a comunidades y organizaciones que trabajan con niños patrocinados por ciudadanos de países como Estados Unidos, Alemania, Dinamarca, Suecia, Australia, Taiwan, Corea del Sur, Francia, Nueva Zelanda y Suiza.
Cutili recibió el patrocinio de la estadounidense Frances S. Ligler seis meses después de su afiliación. "No es gente que necesariamente tiene mucha plata, es gente de buen corazón que quiere dar apoyo a un niño”, explicó la directora de CF Bolivia, Wendy McFarren, al aclarar que los donantes dan un promedio de 20 dólares mensuales.
CF nació en 1938 en China con el objetivo de ayudar a la gran cantidad de niños huérfanos que dejaba la guerra entre ese país y Japón (1937 - 1945). Actualmente, agrupa a 50 países donantes y receptores de fondos. La sede de CF está en Richmond, Virginia, Estados Unidos y cuenta con una oficina regional para nueve países en Panamá.
La principal fuente de financiamiento de CF consiste en los donativos de los patrocinadores, quienes envían fondos para un niño o una comunidad. Esta organización no invierte directamente los recursos, pues trabajan con asociaciones locales comunitarias, que tienen sus respectivas personerías jurídicas y en muchos casos están conformadas por padres de familia.
Además de administrar los recursos, estas organizaciones proceden a enrolar a menores, para los cuales, CF consigue patrocinadores. El número de niños patrocinados en Bolivia mediante esta organización es de 18.000, pero trabaja con un total de 23.000, pues los menores que no reciben regalos pecuniarios se benefician de otros programas.
La organización opera en los departamentos de Santa Cruz de la Sierra, La Paz, Cochabamba, Oruro y Tarija en los cuales tiene 24 socios. Ahora están abocados a fusionar las asociaciones pequeñas. Hasta el próximo año se proyecta consolidar 16 asociaciones grandes, explicó McFarren.
Un socio principal
Las organizaciones reciben fondos mensualmente en función al número de niños que tienen afiliados, que oscila entre 500 a 1.500 menores. Uno de los principales socios de CF en La Paz es la Sociedad Católica San José (SCSJ) que en 1989 inauguró el Centro Integral San José Las Lomas (CISJLL), en la zona del mismo nombre, cuya jurisdicción corresponde a la subalcaldía de Cotahuma de la Sede de Gobierno. María Cutili asistió a este centro desde sus siete años.
Actualmente, el Centro Integral beneficia a 853 niños, de los que 553 reciben patrocinio directo de CF, explicó su director Wilfredo Castro. Los menores que no reciben patrocinio se benefician de programas que se imparten en la asociación, pues CF capacita a sus socios implementadores para la ejecución de programas de apoyo.
Por ejemplo, los niños de cero a seis años participan en programas de estimulación temprana, y los menores de seis a 14 años reciben apoyo pedagógico. Los jóvenes de 15 a 24 años forman parte de clubes, en los cuales se les orienta para convertirse en agentes de cambio en su comunidad, pues asisten a módulos de liderazgo, prevención de violencia, participación cívica y más. Justamente María y su hermana Angélica se beneficiaron de programas similares en el CISJLL.
El CISJLL interviene en 10 zonas que son Las Lomas, Cotahuma, Pasankeri, Tiwiña Tres Marías, Tembladerani, Pasankeri Sur, Calamarca, Obispo Bosque, Llojeta Vergel y SanMartín. En pasadas semanas, CF aumentó el cupo de niños beneficiados del CISJLL, por lo que ahora deben enrolar a 200 menores más.
Esa labor estaba casi concluida cuando Miradas conversó, en la zona de Pasankeri Sur, con Castro y Cutili, que ya habían enrolado a 153 niños. Estos menores y sus familias cumplieron con los requisitos aprobados por CF, cuya directiva es llegar a infantes que viven en condiciones de carencia, exclusión y vulnerabilidad.
Los niños que se enrolan, por ejemplo, deben pertenecer a una familia con un ingreso menor a 200 bolivianos. También se solicitan los documentos de identidad de los padres, una factura de luz o agua y un croquis de su domicilio. Asimismo, se requiere el certificado de nacimiento del menor o cédula de identidad -en caso de que la tuviera-, el carnet de vacunas, además de sus calificaciones escolares.
El CISJLL opera en zonas determinadas previamente para evitar que un menor reciba patrocinio de más de una organización, lo cual es concertado entre las diferentes organizaciones que apoyan a la niñez, explicó el Oficial Técnico de Comunicación de CF Bolivia, Abraham Marca Mérida, quien condujo a este medio a la zona donde se realizaba el enrolamiento.
primer regalo
Cutili, hace 20 años, pasó por este procedimiento y sólo recuerda el momento en el que le tomaron fotografías. Seis meses después recibió el primer regalo de su patrocinadora Frances S. Ligler, quien a partir de entonces le envió montos de dinero. "Me apoyaba harto, para mi material escolar, para mi ropa”.
Los regalos que recibía regularmente consistían en sumas de 10 a 15 dólares. Para su familia eran muy significativo, sobre todo la primera vez. "Yo estaba mal de la vista y mi patrocinadora me mandó para (comprar) mis lentes”, recordó.
Durante 13 años, hasta que cumplió 20, recibió montos similares cuatro veces por año: a principios y mediados de la gestión, en el mes de su cumpleaños, noviembre, y en Navidad. "Llegaban las listas y nosotras estábamos alegres en Navidad”.
Incluso cuando cumplió 15 años, su madrina le envió 50 dólares. "Ha sido un gasto menos para mi mamá, yo con eso me podía comprar ropa, uniforme, material escolar”.
Fotos y cartas
En el centro, regularmente, le tomaban fotos que se enviaban a Estados Unidos; y ella, a su vez, recibía fotografías de su patrocinadora y su familia desde ese país. Durante esos 13 años también intercambiaron cartas que llegaban cada tres meses.
En ellas, la beneficiaria contaba a su patrocinadora cómo es Bolivia, pero también cómo le iba en sus estudios y en otras actividades. En una ocasión, Ligler estuvo a punto de arribar al país, pero sólo pudo visitar Perú. Al comenzar aquella relación, la patrocinadora tenía alrededor de 45 años.
Cuando Cutili cumplió 20 años de edad, la relación con su patrocinadora culminó, pero se mantuvo con el CISJLL y CF. Ella tenía el deseo de ser enfermera, policía o profesora. Entonces, en la Asociación Católica le otorgaron una beca para estudiar enfermería en un instituto a nivel técnico. "Gracias a ChildFund y a la Sociedad Católica ahora soy profesional”, aseguró al mostrar el título que la acredita como tal.
Ambas instituciones no sólo le pagaron sus estudios, sino también le dieron la oportunidad de trabajar en el Centro de Salud de la SCSJ, donde se desempeña desde hace siete años. Ella tiene una hija de cinco años, que no recibe patrocinio, pero se beneficia de los programas, como por ejemplo, el de estimulación temprana.
Ahora Cutili se ocupa de apoyar a familias de bajos recursos. "Por lo que a mí me ayudaron, yo quiero ayudar”, aseguró, al explicar que para ella es una forma de retribuir el apoyo que recibió de su patrocinadora, Frances S. Ligler, el Centro Integral San José Las Lomas y ChildFund Bolivia.
Donantes que han dado mucho más
Los patrocinadores muchas veces instruyen en qué debe emplearse el dinero que envían a los niños, como material escolar, zapatos, ropa o uniformes escolares.
Pero también hay donantes que han dado mucho más, aseguró el Oficial Técnico de Comunicación de CF, Abraham Marca Mérida.
Es el caso de la joven estadounidense Kara Patrovic -actualmente de 17 años de edad- que a sus 13 se convirtió en patrocinadora de un niño de Tarija. Por las cartas que intercambiaban, ella supo que en la zona del menor no había agua potable.
Luego de saberlo, la muchacha inició una campaña personal en las redes sociales para juntar fondos para cavar un pozo. Con lo obtenido no sólo se cumplió con ese objetivo, sino también se construyó un tanque, que ahora provee de agua a todo el barrio.
Otro caso es el del jubilado estadounidense Clarence Shannon, que financió un consultorio dental completamente equipado en Cochabamba.
"Es una persona de buen corazón, que se da tiempo para venir a Bolivia y visitar (a los cuatro niños que patrocina) a pesar de la altura”, explicó Marca.
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