La Fundación Danielita cumple seis años de brindar educación especializada y gratuita a niños alteños con discapacidad y en edad parvularia. Los 83 beneficiarios recibieron ayer con fiesta la donación de 2.850 dólares de parte de la organización New Illusions. También celebraron el cumpleaños del fundador, Oscar Trigo.
"Hoy quiero darte las gracias por darme esperanza/ por ayudar con el alma y brindarme confianza/ por darme fuerzas para seguir/ Qué más te puedo decir/, hoy puedo soñar y reír/ gracias a ti”, canta un grupo de niños con discapacidad y dedica el tema al creador de la Fundación Danielita, el profesor Oscar Trigo.
En la alteña zona Cosmos 79, en el patio de una escuela prestada por las Hermanas de la Caridad de Santa Ana -donde funciona Danielita- se vive una fiesta por el sexto aniversario de la institución sin fines de lucro. Los 82 niños beneficiarios visten disfraces hechos con material reciclado, agitan globos y bailan.
"Nuestra tarea es insertar a nuestros niños a la sociedad; ellos tienen capacidades diferentes. Con la ayuda de las educadoras, tratamos de integrarlos en la educación regular. Aquí les enseñamos a defenderse en la vida, que puedan leer o escribir. Se forman en valores y principios”, explica el coordinador general de la fundación, Henser Tirado.
Los invitados especiales de la fiesta son los dos representantes de la Fundación estadounidense New Illusions que donan 2.850 dólares para mejorar la infraestructura de Danielita. Los muebles actuales están desgastados por los seis años de uso.
"El año pasado, durante otra donación, nos enteramos de este centro. New Illusions es una organización de voluntariado, así que nos pusimos en campaña. En Estados Unidos se hicieron ventas para recaudar fondos y eso es lo que entregamos”, dice el representante Sandro Gonzales.
Para el segundo acto, doce niños se paran al frente de los invitados, cada uno muestra una cartulina con una letra escrita. "Todos somos iguales” es el mensaje que forman mientras bailan en fila.
Algunos jóvenes con discapacidad, ayudados por sus sillas de ruedas y burritos, se acercan a los padres espectadores para cantar con ellos. Otros abrazan a las personas que los visitan.
"Inscribí a mi hija Lucía hace poco en este centro infantil. La dejo en la mañana y la cuidan bien. Tiene síndrome de Down. Ella no sabía ir al baño, pero ahora ya aprendió. También poco a poco habla más”, destaca la vecina de Cosmos 79, Helena López.
El centro Danielita, dependiente de la fundación, trabaja en dos turnos. En la mañana de 8:30 a 12:00 y , en la tarde, de 14:30 a 17:30. Cuenta con 15 educadoras, cuyos sueldos provienen de donaciones. Los padres de familia dan voluntariamente 50 bolivianos al mes para la merienda complementaria.
"Tenemos el área de parvulario uno, para menores de 3 años; parvulario dos, hasta los cuatro y en el área de educación especial, hay menores con parálisis cerebral, síndrome de Down, epilepsia y discapacidad motora”, informa la educadora de la Fundación, Paola Patón.
En el acto central, el fundador Oscar Trigo agradece las constantes donaciones que sustentan el centro.
Comenta que el año pasado sufrió un derrame cerebral que impidió que visite "a sus niños” con la frecuencia que quisiera. Su hija Lourdes es la actual directora pedagógica del centro.
"Lo que me inquietaba cuando era educador de niños con discapacidad era que los proyectos sólo los ayudaban hasta los 12 años, pero no sabíamos que pasaba después. Con mi proyecto busco darles más apoyo. Nadie me creía, pero esa locura es lo que dio origen a todo”, destaca.
De repente, el personal del centro saca una torta. Los niños, educadores y donantes cantan Feliz Cumpleaños al fundador.
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