El representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Bolivia, el brasileño Crispim Moreira, consideró fundamental que un país cuente con planes de desarrollo a largo plazo, como el caso de Bolivia, que desde su marco normativo y constitucional se trazó la meta de erradicar el hambre y la pobreza, y planteó un modo de progreso humano integral y soberano para “vivir bien”.
El alto funcionario de la (FAO) respondió en esos términos a una de las preguntas planteadas por Cambio en un cuestionario referido a las metas del Gobierno proyectadas en la Agenda Patriótica 2025, como la soberanía alimentaria, y si el organismo considera que Bolivia alcanzará sus objetivos en los siguientes ocho años.
Para Moreira, el Gobierno boliviano avanzó en la planificación del Estado de tal modo que la sociedad cuente con una visión compartida del país que se quiere, expresada a través de la Agenda Patriótica 2025 y el Plan de Desarrollo Económico y Social (PDES) al 2020, lo que representa un gran paso, porque la nación proyecta su futuro.
Sin embargo, continuó Moreira, el éxito de esta agenda depende de un conjunto de factores, entre ellos: la implementación de políticas públicas con capacidad operativa para consolidar las metas propuestas en los distintos niveles del territorio.
En ese marco dijo que la FAO impulsa las políticas públicas promoviendo la aplicación de al menos seis leyes (300, 144, 3525, 338, 602, 622) referidas a la consolidación de la seguridad y soberanía alimentaria.
En criterio de la FAO alcanzar las metas públicas en los siguientes años no será una tarea fácil, tomando en cuenta que los instrumentos disponibles aún no están concluidos en su totalidad, porque son necesarios para obtener los cambios en la vida de las personas y comunidades.
“Me refiero a sistemas (de asistencia) capaces de universalizar el acceso de los pobres a los servicios del Estado de forma permanente, continua y de calidad en todo el territorio, capaces de universalizar sus derechos de forma progresiva hacia un desarrollo humano integral”, apuntó.
Eliminar la extrema pobreza
La prioridad de la FAO en Bolivia, según Moreira, es apoyar el logro de las metas de eliminación de la extrema pobreza rural, la malnutrición y la inseguridad alimentaria, y la promoción del desarrollo sostenible en comunidades. Añadió que el organismo aporta asistencia técnica al Gobierno nacional para proteger los medios de vida de las familias en territorios vulnerables a los efectos del cambio climático en los distintos ecosistemas del país.
Entre los principales proyectos Moreira citó cuatro: el primero, en la amazonia, con recursos de la cooperación italiana y fondos multilaterales, la FAO ejecuta proyectos por cerca de $us 2,2 millones para el fortalecimiento de la economía social comunitaria mediante la implementación de sistemas productivos sustentables relacionados al manejo y aprovechamiento de recursos forestales no maderables, como el caso de las frutas nativas amazónicas, entre ellas la castaña, asaí y majo, además del desarrollo de la agricultura urbana y periurbana, entre otros.
El segundo proyecto está en el altiplano norte, en la provincia Omasuyos de La Paz, donde se invierte cerca de $us 100.000 para promover emprendimientos económicos asociativos y comunitarios de producción, transformación y comercialización, brindando asistencia técnica en semillas, impulso al cultivo de alimentos ecológicos con certificación en huertos e invernaderos para hortalizas. También se promueven mercados para la comercialización, generación de mecanismos financieros y construcción de sistemas de cosecha y almacenamiento de agua, entre otras acciones.
El tercer proyecto está orientado a las regiones metropolitanas de Sucre, Cochabamba, Oruro, Pando y Potosí, en coordinación con el Programa Nacional de Agricultura Urbana y Periurbana (Pnaup), donde se destina un total de $us 279.000 como apoyo a las familias productoras de hortalizas ecológicas en pequeños huertos que luego son ofertados en los centros de abasto de las ciudades, y de esta manera contribuir a la soberanía alimentaria, al consumo con productos nutritivos y saludables.
En el cuarto proyecto, los recursos alcanzan a $us 1,6 millones provenientes de la Cooperación Italiana para el fortalecimiento del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos por el Cambio Climático.
La FAO sostiene que es importante resaltar que los proyectos buscan fortalecer la consolidación de sistemas agrícolas inclusivos (para los agricultores, recolectores, pastores y pescadores de regiones vulnerables) en el marco de las prioridades de la Agenda Patriótica 2025 y hasta 2030 con los objetivos de desarrollo sostenible.
Cinco ecorregiones
Esta Organización trabaja en varias regiones del país, en coordinación con el Gobierno nacional, dijo Moreira.
Indicó que, como plantea el Ministerio de Planificación del Desarrollo, la Planificación Territorial para el Desarrollo Integral (PTDI) es un desafío para la articulación multisectorial de las políticas públicas en general y muy particularmente para las políticas de soberanía alimentaria, así como para las políticas sociales y económicas promovidas por el Estado. Esto plantea tomar en cuenta los distintos sistemas de vida en cinco ecorregiones del país.
“La FAO ha desarrollado una estrategia y también un método de concretar los conceptos de soberanía alimentaria en el territorio y en la vida de las familias que impulsan la economía social comunitaria, responsables por la seguridad alimentaria y nutricional”, dijo el representante.
Cuenta con 12 oficinas descentralizadas con equipos técnicos responsables por la coordinación ejecutiva de los proyectos. La presencia más fuerte del organismo, en los últimos cuatro años, estuvo en el altiplano (norte, central y sur), valles andinos de Potosí, Cochabamba y Chuquisaca, y en la amazonia (Pando, Beni y norte de La Paz).
“Refiriéndome a los sistemas agroalimentarios urbanos, la FAO, en coordinación con el Ministerio de Desarrollo Rural y Economía Plural, ha promocionado la agricultura urbana y periurbana a través de la participación de las mujeres campesinas emigrantes en la producción de alimentos ecológicos y sanos para el abastecimiento de las principales capitales del país, entre ellas La Paz, Sucre, Cochabamba, Oruro y Potosí”, sostuvo Moreira.
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