Monday, April 18, 2016

Investigadores PIEB




Creado el 21 de marzo de 1994, el Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB) lleva 22 años abonando el campo de los estudios científicos como no lo había hecho nunca una institución de sus características en la historia del país.

A un inicio se planteó tres objetivos: contribuir al desarrollo integral de Bolivia desde la investigación científica; promover conocimiento propio, estratégico y relevante; y fortalecer las capacidades profesionales e institucionales en investigación.

Concretamente, entre otras iniciativas innovadoras para nuestro medio —reconozcámoslo, poco dado a la profundización de los estudios y a la autocrítica— promovió por concurso público la realización de centenares de investigaciones estratégicas (muchas, hoy en día, fundamentales para el conocimiento de distintas temáticas e incluso ramas de las ciencias sociales), así como acciones dirigidas a favorecer la sostenibilidad de la investigación científica en Bolivia.

También creó el Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanas “Fundación PIEB”, con el propósito de reconocer la labor silenciosa pero trascendental, individual o colectiva, de personas e instituciones que producen conocimiento a favor del desarrollo del país. Así, recibieron este galardón: Luis H. Antezana (2006), Verónica Cereceda (2008), Teresa Gisbert (2011) y Silvia Rivera Cusicanqui (2014).

Formación
Pero, si el PIEB sirvió de terreno para que buenas semillas fructifiquen en pensamiento y análisis, igual o más importante fue su aporte en la formación de investigadores, muchos de ellos jóvenes. En los primeros años —dice Carlos Toranzo, presidente del Comité Directivo del PIEB, en una reciente publicación del Programa— “nos encontramos con una realidad muy cerrada; eran ‘cinco’ personas las que investigaban”.

En ese mismo libro, titulado “Incidencia y aportes del PIEB. 20 años por los caminos de la investigación en Bolivia: 1994-2014”, que es una prolija sistematización elaborada por el periodista Víctor Orduna, se revela que el 80 % de los “investigadores PIEB” provienen de universidades públicas y que el 30 % de las investigaciones abordaron el “mundo” de lo rural, indígena y campesino.

La premisa en esta transformadora manera de pedagogía, complementaria a la que se imparte regularmente en las universidades, fue la de “investigar formando, formar investigando”. Objetivo para el cual se sumó, en 2002, una extensión natural del Programa a un escenario todavía más académico: la Universidad de Posgrado para la Investigación Estratégica en Bolivia (U-PIEB).

Voces plurales
La pluralidad de las voces —de investigadores y de investigados, de todas las regiones y no solo del eje central o de las ciudades—, sin duda, caracteriza a los trabajos compendiados en aquella obra, que en realidad es un resumen de la sistematización completa difundida en el periódico digital www.pieb.com.bo.

“…no cabe duda que quienes hoy hacen investigación en el país no son —social, cultural y étnicamente— los mismos que, como parte de grupos restringidos, investigaban hace dos décadas”, afirma en ese libro Anke van Dam, exjefa de Cooperación de la Embajada del Reino de los Países Bajos.

Incidencia
Son varios y significativos los aportes que realizó el PIEB a un país como el nuestro, urgido todo el tiempo de reflexiones sobre sí mismo en procura de construir una agenda pública que impulse su propio despegue. Una de esas contribuciones se refleja en la incidencia de las investigaciones promovidas desde este Programa, que hasta el año 2014 tuvo la cooperación de los Países Bajos.

Al respecto, el sociólogo Godofredo Sandoval, director ejecutivo del PIEB, indica a ECOS que “en algunos temas investigados, los datos, análisis, resultados y propuestas sirvieron como fuente para la formulación, definición, orientación de políticas públicas en niveles del Estado nacional o local. En otros, las investigaciones contribuyeron con datos, criterios, interpretaciones, recomendaciones en la discusión de políticas públicas existentes o fueron utilizadas para complementarlas.

Pero también, las investigaciones tuvieron una alta incidencia en el debate nacional, pues han visibilizado temas prioritarios para la convivencia intercultural, la equidad y la cohesión social estimulando la polémica pública”.

Modelo de gestión
El PIEB sentó además las bases de una nueva forma de investigar en el país.

Un segundo libro: “Modelo de gestión de investigación estratégica en Bolivia. Sistematización de la experiencia del PIEB: 1994-2014”, que al igual que el otro fue redactado entre 2013 y 2015, abunda en esta interesante temática y otras adyacentes con las firmas destacadas de Toranzo, Sandoval, Mario Yapu, Mabel Franco y Virginia Aillón. Ellos también revisaron documentos institucionales y entrevistas para configurar una sistematización, de estas dos décadas de trabajo, igualmente esmerada.

“Una de las particularidades del modelo de gestión PIEB es que las investigaciones debían concluir con propuestas sobre los temas o problemas planteados; entonces, los estudios contribuyeron con propuestas con fundamento científico y enfoque social, para encarar y contribuir a la solución de demandas y problemas sociales, productivos, ambientales, etc.”, explica Sandoval.

No deja de mencionar el Director del PIEB que muchas investigaciones, en su proceso de elaboración y difusión, han potenciado el ejercicio de los derechos y la actividad social de organizaciones de base. Investigaciones que han contribuido a la renovación o ampliación del pensamiento social boliviano y motivado el interés de hacer nuevos estudios sobre variadas temáticas.

“Continuaremos promoviendo actividades de investigación”

ECOS. ¿Cuál es su balance de estos 22 años de trabajo?
Godofredo Sandoval (GS). Positivo, porque desde la investigación hubo una importante contribución al conocimiento de diversas realidades y problemas del país; porque se hicieron aportes concretos para las políticas públicas, tanto del Estado como de la sociedad civil, para encarar respuestas y soluciones a los problemas estudiados; y porque se fortalecieron las capacidades de investigación científica de centenares de profesionales que pasaron por el PIEB, contribuyendo de ese modo a la sostenibilidad de la investigación científica en Bolivia.

ECOS. Usted habla en las últimas publicaciones del PIEB de una nueva época. ¿A qué se refiere con esto?
GS. Bolivia atraviesa por una etapa de profundas transformaciones socioculturales, políticas, económicas e institucionales que requieren ser encaradas para su comprensión, análisis y proyección por la investigación científica; por otro lado, a diferencia de hace 20 años, actualmente existen instituciones con interesantes motivaciones y acciones institucionales para la investigación científica y recursos humanos para asumir esa tarea. Sin embargo, ambos campos demandan una serie de respuestas en los que el PIEB podría aún seguir aportando a partir de su experiencia.
En ese marco, continuaremos promoviendo actividades de investigación relevante y estratégica que contribuyan al desarrollo integral del país, en respuesta a demandas específicas que vengan del Estado y de la sociedad y al fortalecimiento de capacidades profesionales para investigar.

ECOS. ¿La cooperación de los Países Bajos, continúa?
GS. La importante contribución de la cooperación de los Países Bajos al desarrollo de investigaciones científicas en Bolivia concluyó el año 2014.

ECOS. En 2014, usted escribió que después de los periodos de inestabilidad política, y una vez instaurada la democracia, se comenzaron a sentar las bases de la “institucionalidad de la investigación como soporte para el desarrollo integral del país”. ¿Cuánto se ha avanzado en ese sentido y cuáles son, hoy, los retos para dar continuidad y hacer sostenible la producción de conocimiento científico en Bolivia?
GS. Cuando el PIEB inició sus actividades en el año 1994, casi no existía institucionalidad de la investigación científica en el país, principalmente en Ciencias Sociales y Humanas, ni en las universidades del sistema público ni en instituciones de la sociedad civil, menos en el Estado. Veintidós años después podemos afirmar que están sentadas las bases, aunque queda aún un largo camino por recorrer para alcanzar una verdadera institucionalidad en la producción de conocimiento científico que aporte al cambio, desarrollo y progreso del país.

ECOS. Dados los avances de la investigación social, si le dieran a escoger: ¿cree más necesario impulsar nuevos estudios de la realidad o tomar los realizados en los últimos 20 años y aplicar sus resultados para mejorar esa realidad?
GS. En esta etapa de importante transformación que atraviesa el país y su sociedad es necesario y urgente impulsar nuevas investigaciones que nos permitan no solo comprender mejor lo que está sucediendo en los ámbitos económico, sociocultural y político, sino también imaginar el horizonte hacia el que se dirige el país. Desde luego, al encarar los nuevos temas de investigación se debe tener como fuente de partida el conocimiento acumulado sobre nuestra realidad en los 20 años que transcurrieron.

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