La fundación Probioma alertó que la Chiquitanía, una zona de transición entre la Amazonía y El Chaco sufre presiones por parte del Gobierno a través de la Autoridad Jurisdiccional de Administración Minera(AJAM) y la Federación Nacional de Cooperativas Mineras (Fencomin) para incursionar en la exploración y exploración minera en contra de la voluntad de las comunidades.
La investigadora de Probioma Sara Crespo, en su estudio “Minería en la Chiquitanía”, presentado en el seminario: Minería, agua y derechos humanos en Bolivia, señaló que tras varios intentos frustrados de empresas internacionales y nacionales de realizar tareas de exploración y explotación minera en la Reserva Municipal de Tucavaca, actualmente esta región sufre nuevamente presiones, pero esta vez por parte de otros actores.
“Desde el año pasado se dio una incursión, hace un año que la AJAM inició un proceso de contratación masiva de sociólogos para el trabajo en comunidades, se desplazaron por Guarayos, San Ramón y Concepción, que es la zona norte de la Chiquitanía donde se desarrolla la actividad minera a pequeña escala y de manera muy precaria, pero les dijeron que deben formar parte de las cooperativas y así la Tierras Comunitarias de Origen (TCO) controlarán la actividad minera”, señaló. (ANF)
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