Tuesday, May 17, 2016
En 2018 veremos si continúa la cooperación europea bilateral
Estuvo encabezando los festejos por el Día de Europa en Sucre, específicamente en la Casa de la Libertad. Antes, el embajador británico Timothy Torlot, jefe de la Delegación de la Unión Europea (UE) en Bolivia, concedió la siguiente entrevista a ECOS, en la que se refiere, entre otros temas, a las reformas judiciales, a la economía nacional y al futuro de la cooperación más importante al país en materia de donaciones.
ECOS. Usted, a fines de marzo, de alguna forma condicionó el financiamiento a las reformas judiciales en Bolivia por parte de la UE a una estrategia a largo plazo. ¿Qué respuesta ha recibido frente a esta posición? ¿Ve avances concretos en esta materia?
Tim Torlot (TT). La comunidad internacional en Bolivia ha gastado mucho dinero en el pasado en la reforma de la justicia, en buenos proyectos, buenos programas, pero sin mucho éxito. Y la razón, para mí, es que no había un contexto, una estrategia de largo plazo integral para una reforma.
Empezando nuestras conversaciones con el Gobierno y también con las autoridades judiciales hemos acordado, no eran condiciones, que este país requería una reforma integral, de largo plazo, en la justicia. Hemos acordado también que sin esta reforma es muy difícil para Bolivia identificar las áreas donde más se necesitaba nuestra cooperación.
Sí, he visto avances. Yo creo que el Ministerio de Justicia ha hecho un gran trabajo durante los últimos 18 meses, probablemente, para empezar a preparar esta visión, esta estrategia de cambio. Pero también aquí, en Sucre, se ha visto un esfuerzo de coordinar las prioridades de todos los actores de la justicia, lo que no es fácil porque hay conflictos de vez en cuando entre organizaciones. Incluso con un poco de nuestro apoyo se ha consolidado la Cumbre Judicial de principios de abril, para mí, un paso muy importante para preparar una propuesta del Poder Judicial hacia la Cumbre nacional.
ECOS. ¿Qué considera que falta hacer para alcanzar los objetivos de la reforma?
TT. Queda mucho por hacer, es una reforma que va a tardar probablemente una generación para reformar totalmente la justicia, incluso con la voluntad política y social de cambiar, pero hay que empezar con el primer paso y eso creo que será la Cumbre nacional. Espero que después de esta cumbre tengamos los principios de una estrategia que nos permita avanzar con nuestra cooperación. Pero eso requiere un apoyo del mismo gobierno, de los actores de aquí de Sucre, para identificar las áreas relevantes.
ECOS. La UE coopera en diferentes áreas a Bolivia. El tema de las reformas judiciales es central, pero, ¿qué otros programas viene impulsando y con qué resultados?
TT. El tema justicia es el área donde tal vez he trabajado políticamente en el país, pero donde estamos trabajando con más fondos son: agua y saneamiento, biodiversidad, gestión de cuencas, que políticamente no son tan controversiales pero que han requerido mucho tiempo y muchos fondos.
El tema más controversial de nuestra cooperación ha sido el de la lucha contra el narcotráfico. Francamente, tenemos buenos socios en el país, en el Gobierno, en las fuerzas de seguridad, con avances importantes como la reducción sistemática, durante los últimos cinco o seis años, de la superficie de producción de coca; el éxito de la política del Gobierno de desarrollar otros productos al lado de la coca para disminuir la producción.
Estamos contentos con eso. Hay cosas que necesitamos hacer, estamos mirando ahora las conversaciones sobre las nuevas leyes, como la de la coca, que reemplazará a la 1.008; la Ley de Sustancias Controladas, también en el contexto de reformas a la justicia; la Ley de Extinción de Dominio de Bienes, incautados al narcotráfico, que es de mucha importancia. Conversamos con las autoridades en un ambiente muy bueno.
ECOS. El mes pasado, usted calificó como impresionante el crecimiento económico que logró Bolivia en los últimos diez años, con un promedio de 5%, lo cual —dijo— genera envidia en Europea. ¿Sigue pensando que ahora la clave está en el impulso al sector privado?
TT. Obviamente el crecimiento de 5% anual, en promedio, es impresionante; la envidia de muchas partes del mundo. Pero, seguir con estas tasas de crecimiento en un contexto económico global, regional, mucho más difícil, es un gran desafío para el Gobierno, para el pueblo.
Mirando el plan de desarrollo económico y social, que es increíblemente ambicioso en cuanto a sus objetivos de inversión en el país, para seguir con un crecimiento económico de 5% requiere niveles de inversión del Gobierno, obviamente, pero también con crédito internacional y con la inversión del sector privado en el país. Y va a requerir un aumento en el desarrollo del sector privado en el país; existe en el plan, pero sería el gran cambio en estos cinco años, en el futuro, para mí.
Me parece que se requiere un impulso importante al sector privado, y hemos trabajado como UE en los últimos años en la promoción del trabajo, de la productividad, de la competitividad de las micro, pequeñas y medianas empresas. Seguimos en eso, en Santa Cruz lanzamos en marzo un proyecto de AL-INVEST [proyecto de cooperación a ser ejecutado por un consorcio de 11 organizaciones internacionales que coordina la CAINCO de ese departamento] con 31 millones de euros, para continuar trabajando en el estímulo del sector privado de todo el país, para contribuir a este crecimiento. El país no puede depender totalmente de la inversión estatal, más la demanda interna: necesita también del sector privado.
ECOS. Advertimos una salida paulatina de ONGs del país; en algunos casos, ya han cerrado varios de sus programas. ¿A qué debemos atribuir esta realidad?
TT. En cuanto a las ONGs europeas, tengo la impresión de que siguen aquí. Yo diría varias→ →cosas: es un país donde la sociedad civil siempre ha sido fuerte, no solamente por los movimientos sociales y gremiales, también a través de la fuerza de las organizaciones de la sociedad civil; la prensa, por ejemplo, es muy fuerte en el país. Eso sigue, hay desafíos. Lo que sí pasa es que con el éxito económico del país, el monto de dinero de los donantes internacionales se ha reducido, excepto de la UE, que seguimos con fondos importantes en programas incluso específicamente para la sociedad civil.
ECOS. Se dice que la razón de ser de una ONG es el apoyo a los países pobres y, en el caso boliviano, la pobreza ha disminuido; al menos, esa es una posición del Gobierno. ¿Por esto se estarían cerrando algunos programas de la cooperación?
TT. Bueno, yo no acepto totalmente lo que ha dicho el Gobierno: la sociedad civil es importante en cualquier parte, en cualquier democracia. En los 28 países de la UE la sociedad civil sigue siendo muy importante en la formación de políticas de Estado, en su apoyo a sectores, comunidades, áreas específicas, en el trabajo de la prensa, del mundo académico, sindicatos gremiales. Son aspectos muy importantes de una democracia fuerte.
ECOS. La UE tiene programas establecidos hasta el año 2020, y es, en estos momentos, la cooperación —en términos de donaciones— más importante para Bolivia. ¿Qué pasará después? ¿Habrá fondos para Bolivia?
TT. En el periodo actual del 2014 al 2016, durante mi estadía en Bolivia, la UE —como delegación pero los estados miembros también— tiene un portafolio de más o menos 600 millones de dólares; en total, UE más estados miembros. Hablando de cifras rápidamente, la cooperación bilateral de la delegación —que viene de todos, de los 28 países— es de 281 millones de euros.
¿Qué pasará después? En 2018, probablemente, vamos a empezar a hablar con el Gobierno, a mirar el estado de la economía, la capacidad del país, para ver si continúa de manera importante la cooperación. Hay que destacar que Bolivia siempre va a tener acceso, como tiene ahora, a fondos regionales de cooperación, que también son enormes; estamos hablando de 800 millones de euros para toda Sudamérica. Por ejemplo países como Perú y Colombia, que están poco a poco saliendo de la cooperación bilateral, tienen acceso a este tipo de fondos.
Entonces, Europa nunca va a retirarse totalmente de la región. Vamos a ver en 2018-2019 si continuamos con un programa bilateral.
ECOS. Embajador, usted culmina su gestión como Jefe de la Delegación de la UE a mediados de este año. ¿Esta es su última visita oficial fuera de La Paz?
TT. Mi contrato termina el 31 de agosto y vuelvo a Sucre para la Cumbre nacional. Estamos muy presentes en todo el país, tenemos programas que afectan a casi cada rincón del país.
ECOS. ¿Tiene algún objetivo en particular que quisiera cumplir antes de dejar su misión diplomática?
TT. Mi gran ambición era identificar las áreas de trabajo [prioritarias] en la justicia antes de irme; no sé si voy a cumplir con eso, depende un poco de la cumbre, de cómo sale Bolivia en términos de tener un plan de largo plazo y de identificar rápidamente las áreas donde nosotros podríamos contribuir. Es la tarea pendiente para mí.
Hemos logrado mucho desde la cooperación. Con relación a su anterior pregunta, he empezado hace tres años y medio a pensar cómo serán nuestras relaciones después de la cooperación. Y para mí es muy importante crear un diálogo que nos permita avanzar en términos económicos, comerciales, con inversión, con mejor comercio, con actividades conjuntas de empresas, pero también una relación política que ha avanzado mucho en los últimos tres años: de tener diálogo en cambio climático, en asuntos internacionales, Derechos Humanos en el mundo, aspectos de la política regional que no vamos siempre a estar de acuerdo, pero eso es normal en relaciones de interés mutuo.
Queda mucho que hacer en todas las áreas, pero hemos empezado a construir una relación con Bolivia que es más de interés y respeto mutuo, tratándonos más como iguales y no solamente como donantes.
ECOS. En los últimos años la UE vino atravesando por una crisis. ¿Cómo evalúa el actual momento?, ¿cree probable el abandono de algunos de sus países miembros?
TT. Siempre hay crisis, pero no hay que olvidar que la UE se creó en las cenizas de una guerra donde Francia, Reino Unido, Polonia estaban luchando contra Alemania, Italia, por ejemplo. Hemos luchado durante décadas para construir una Unión fuerte, cada vez más grande, sobre la base de la paz. Y el logro más importante de nosotros es la paz entre países que cinco años antes de la creación de la UE eran enemigos, enemigos de guerra. Entonces, hay crisis pero no guerra.
Cualquier organización con 28 estados miembros va a necesitar tiempo para tomar decisiones; es raro que todos estén de acuerdo para una solución específica dentro de países, y ni hablar de diferentes países. Siempre se puede encontrar crisis y desafíos grandes, pero mucha gente en 2008-2009 dijo que era el final del euro y no pasó, ningún país ha salido de la Zona Euro porque hemos trabajado juntos paulatinamente para construir una moneda más fuerte. Ese va a ser el enfoque de la UE en cualquier crisis.
Estamos saliendo poco a poco de la crisis, toda Europa está creciendo ahora, vamos a conseguir tasas de crecimiento de 1.5, 1.6 por ciento este año, que no es malo en economías más desarrolladas. Algunos países, como Grecia, siguen con problemas grandes, pero estamos todos trabajando con Grecia para que salga de esta crisis.
Pero, para mí, la crisis más complicada es la que se presenta alrededor de Europa por el terrorismo que nos ha tocado en Francia y en Bélgica este año. Afecta también a través de la migración: más de un millón de migrantes nuevos que han llegado el año pasado, poniendo una muy fuerte presión sobre la institucionalidad de la UE, el concepto de libertad de movimiento, de traslado para trabajar, para estudiar, para viajar. Eso, para mí, está amenazando ahora y vamos trabajar para tener soluciones en esta área.
Creo que la amenaza del momento es el referéndum en el Reino Unido. Vamos a esperar la decisión que el 3 de junio tome el pueblo británico. Espero que no salga [de la UE] porque el Reino Unido es un actor muy importante en el teatro de la UE. Obviamente tendrá efectos sobre nosotros, pero espero que el pueblo, el 3 de junio, tome la decisión de quedarse.
El país no puede depender totalmente de la inversión estatal, más la demanda interna: necesita también del sector privado.
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