Tuesday, August 18, 2015

Con un golpe de suerte y fruto de un problema, Wendy creó una fundación que ayuda a vencer límites personales.

No sé qué será de ti”, le dijo Miss Vero —su maestra de inglés— cuando estaba a punto de graduarse del colegio mientras que a sus compañeros les presagiaba un futuro como arquitectos o médicos. La maestra no imaginaba que Wendy Meruvia, aquella estudiante introvertida, se convertiría años en una líder que ayuda a otros jóvenes a vencer sus miedos y a alcanzar sus metas a través de la fundación Ciudad Mundo.

Además de vencer las barreras de la timidez, Wendy cruzó otros límites, los territoriales, y hasta el momento conoció 81 ciudades en 21 países del orbe.

Ella recuerda aquel episodio con Miss Vero como un ejemplo de que un mal momento puede ser la catapulta para lograr objetivos. Cuando llegó el último año de secundaria, durante una charla en el aula, la profesora comenzó a predecir el porvenir de sus estudiantes y en el momento en que le tocó hablar de Wendy no atinó a otra cosa que a decir que desconocía lo que le deparaba el destino, pues siempre fue una joven tímida.

“No puedo quejarme, yo tampoco sabía” lo que iba a hacer, reconoce Wendy acerca de ese episodio en el que se sintió expuesta y vulnerable.

Pese a todo, aquel final de colegio significó un reto para forjarse un futuro, para convencer a su maestra y demostrarse a sí misma que tenía un proyecto de vida. Es por ello que inició sus estudios en Diseño Gráfico y Comunicación Visual, además de trabajar en una agencia de turismo como encargada del reclutamiento de jóvenes en programas de intercambio en Estados Unidos, es decir, en los campamentos de verano. Si bien en un principio solo corregía las aplicaciones (los formularios para postular a algún campamento), reconoce que no era de sus actividades preferidas, “de hecho, lo detestaba”, pero encontró que había algo más allá de las hojas de papel: la oportunidad para vencer los miedos y conocer nuevos y maravillosos lugares del mundo. Un año y medio después, la dueña de la agencia decidió radicar en Estados Unidos, por lo que puso a la venta el negocio que administró por mucho tiempo. Ése fue el momento en que Wendy y su hermana Catherine consiguieron el traspaso de las representaciones para los campamentos en el país del norte, para lo cual fundaron Representaciones Internacionales Ciudad Mundo S.R.L.

“Ciudad Mundo surgió por la idea de que cuando uno está en una ciudad se mueve fácilmente, conoce dónde encontrar lo que necesita, tiene las cosas a su alcance y todo es más accesible”. Para convencer a los demás del nuevo proyecto, Wendy debía experimentar estas sensaciones de un campamento de verano, por lo que gracias a su familia viajó a Estados Unidos en 2008 a fin de participar en una de estas actividades, destinadas a niños, adolescentes y personas de la tercera edad con necesidades especiales.

“Te entrenan para desarrollar liderazgo de servicio, pues estás a cargo de personas y diversas actividades; aunque no es tarea fácil, porque está el desafío del idioma (se debe tener dominio del inglés) y son varias horas de servicio, ya que los campistas son como tus hijos, para lo cual se necesita mucho entusiasmo, energía y creatividad”. Esa experiencia la ayudó a crecer y madurar y, ante todo, a conocerse a sí misma y dejar atrás los temores de la adolescente estudiante.

Al volver al país sentía que estaba lista para afrontar los desafíos de la vida, aunque al empezar tropezó con un mundo laboral que desconfiaba de ella y su hermana por ser jóvenes “y además mujeres”. Sin embargo, esto no fue un impedimento, por el contrario le dio más fuerzas para forjar un proyecto de ayuda a sus connacionales.

Todo lo vivido sirvió para que colabore a transformar la vida de más de 200 jóvenes bolivianos que necesitaban una pequeña ayuda para superar sus propias barreras a través del entrenamiento adecuado para ser tomados en cuenta en los campamentos de verano. El programa es auspiciado por InterExchange, una organización estadounidense que promueve el intercambio cultural y que trabaja bajo la regulación del Departamento de Estado de EEUU, con el fin de velar por la seguridad de quienes forman parte de esta experiencia.

Sin límites

Durante tres o cuatro meses, jóvenes de 70 países (entre ellos bolivianos) que participan en los campamentos deben liderar a grupos de niños, jóvenes o personas de la tercera edad, especialmente con necesidades especiales. Para ello, los beneficiarios tienen que organizar actividades deportivas o artísticas que logren la interrelación entre todos.

Para lograr que más connacionales se beneficien con el programa, Ciudad Mundo se transformó en una fundación que, entre otras actividades, organizó el Club de Conversación, con sesiones al aire libre de charlas en inglés para perfeccionar la pronunciación.

En un campamento de tres días y dos noches se brinda preparación sobre primeros auxilios, orientación para el trabajo con personas con necesidades especiales, juegos grupales y resolución de conflictos, entre otros. “Era muy tímido. Para empezar, me era difícil entablar conversación con las personas y hacer trabajo en equipo”, además del miedo al rechazo, confiesa Mauricio Angola, uno de los jóvenes a quienes el programa cambió la vida. En un campamento en Massachussets, Mauricio rompió las cadenas del miedo al reírse de sí mismo, cuando en una reunión de campistas, se le ocurrió presentar un truco de magia con cartas, pero éstas se desparramaron. “Me di cuenta de que todos los niños empezaban a reírse porque pensaban que de eso se trataba el acto y me calificaron como gracioso”. Después de atravesar el muro del miedo, el ahora médico comparte sus experiencias con jóvenes que quieren dirigir a niños, jóvenes y adultos mayores en EEUU.

“Uno se la pasa pensando en problemas pequeños, como que nos ha ido mal en la universidad, pero me di cuenta de que muchas veces son tonterías, porque allá conocí niños cuyas metas máximas eran ingresar a las pandillas más conocidas o convertirse en vendedores de drogas, tienen aspiraciones que solo afectan sus vidas y viven en un ambiente conflictivo”, comenta Ryan de la Riva, quien valora esta experiencia como la oportunidad para comparar su realidad con otras, vencer sus temores y ser un mejor ciudadano.

Wendy asesora a los jóvenes de su fundación para que vayan a campamentos en Estados Unidos y que, al igual que ella, tengan otra visión de la vida y del mundo.

La primera cita fue en Suiza

Los primeros campamentos de verano fueron organizados en Suiza en 1876 de la mano de Walter Bion, un pastor protestante que residía en Zúrich, porque como consecuencia del aumento de la contaminación de las grandes ciudades causado por la industrialización, los niños se encontraban en condiciones insalubres y la tuberculosis mermaba la salud de los niños.

La mayoría de las familias no tenía suficientes ingresos para llevar a sus hijos a un ambiente fresco y sano. Por ello, el pastor Bion hizo una colecta, con la que llevó a 68 jóvenes durante dos semanas a las montañas del Appenzell. El grupo estaba compuesto por 34 niños y 34 niñas de 9 a 12 años. Las condiciones de vida eran muy simples y el concepto casa de colonias (luego llamado campamento de verano) era del todo inexistente. Los chicos dormían en los graneros y las chicas en las masías (casas de labores), mientras que en el día se les asignaban tareas para agradecer a los campesinos por su hospitalidad, haciéndoles partícipes de las tareas del campo. El día era muy largo y, como ahora, también se practicaban deportes y excursiones en campo abierto.

La experiencia fue un éxito, ya que los menores de edad volvían reforzados y en buena forma. La valoración fue tan buena que el año siguiente se repitió la experiencia con 94 jóvenes.

El sistema se extendió rápidamente a toda Suiza. En 1899, 29 ciudades organizaron campamentos de verano, en los que acogieron a unos 3.500 niños. Con los años, la idea se trasladó al resto de países de Europa y también a otros lugares como Estados Unidos, América del Sur e incluso Japón.

English Experiment

Ciudad Mundo ofrecerá el lunes 17 una charla informativa sobre su nuevo proyecto, denominado English Experience (Experimento de inglés), sesiones en las que se practicará la pronunciación del idioma inglés a través de caminatas y actividades que contarán con el apoyo de un experto en liderazgo y exparticipantes de campamentos en EEUU. Dirigida a padres y jóvenes, la sesión gratuita se realizará a las 19.15 en el auditorio 2, bloque D, de la Universidad Católica, en La Paz.

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