Francisco Sancho, coordinador general de la Cooperación Española en Bolivia, sostiene -a propósito de las críticas del Gobierno a algunas ONG que trabajan en el país- que "a veces hay una insuficiente comprensión de lo que hacen las organizaciones no gubernamentales”, tanto nacionales como extranjeras. Por ello, propone mayor información y explicación de las labores que desarrollan estas instituciones para evitar las "malas interpretaciones”.
"Hay que reconocer el papel de la sociedad civil. Es imprescindible que las políticas públicas respondan a las demandas de la sociedad. Yo creo que cualquier gobierno tiene la necesidad de tener una sociedad civil fuerte para que las políticas públicas recojan las sensibilidades de los ciudadanos, para que hagan política pública lo más inclusiva posible”, afirma en el Desayuno de Trabajo de Página Siete.
Durante la entrevista, Sancho revela que la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) ha aportado más de 400 millones de euros en los últimos 10 años para proyectos sociales como agua potable y saneamiento, salud y educación.
¿Cómo va la Cooperación Española en Bolivia?
Las relaciones entre Bolivia y España, especialmente en áreas de la cooperación, se han mantenido muy bien pese a los momentos difíciles que España ha vivido. El compromiso con América Latina, especialmente con Bolivia, ha sido muy grande y eso hace que nuestro volumen de cooperación se mantenga.
¿Qué programas se están desarrollando actualmente?
Tenemos varias líneas de trabajo en el sector social, como el agua potable y saneamiento, salud y educación. Con estos programas hemos llegado a unos 400 millones de euros entre 2006 y 2015, con un promedio de 40 millones de euros anuales. Estamos hablando de donaciones, no préstamos, de transferencia de donaciones de los impuestos de los ciudadanos españoles a la Agencia de Cooperación. De esos 400 millones, aproximadamente 240 han sido destinados a proyectos sociales: unos 140 millones a agua y saneamiento; unos 26 millones a educación y otros 16 millones a salud. Después tenemos una línea de gobernabilidad, destinada al fortalecimiento de las capacidades del Estado central, de los gobiernos regionales y los municipios. Ahí tenemos unos cuatro millones de euros aproximadamente. Tenemos también un programa de patrimonio, que ha sido una característica de la cooperación de España. Hemos trabajado en Sucre, Potosí, La Paz y en la Chiquitanía con un promedio de medio millón de euros al año. También apoyamos otros programas, sobre todo a través de Naciones Unidas; dimos aproximadamente 33 millones de dólares, de los cuales 15 millones fueron directamente para apoyar el sistema político. Por otra parte, España aportó a Naciones Unidas unos 650 millones de euros para apoya la acción global de los Objetivos del Milenio que terminaron en 2015. De esos fondos Bolivia recibió aproximadamente 25 millones.
¿Este año a cuánto ascendió la cooperación?
Estamos aproximadamente en siete millones de euros que se están ejecutando. Este año estamos cerrando un ciclo de cinco años. En el 2016 haremos un nuevo análisis en función del plan de gobierno, de nuestra programación conjunta con la Unión Europea, tomando como prioridades las prioridades del Gobierno y evidentemente de nuestros actores. Durante el quinquenio, la cooperación ascendió a 58 millones en 2010; 42, en 2011; 18, en 2012; 17, en 2013, y 10 en 2014.
¿Cómo se elabora el plan quinquenal?
Utilizamos vasos elementos de análisis. Por ejemplo, el plan de desarrollo del gobierno. Por otro lado hacemos una evaluación de lo que hemos hecho en los cinco años anteriores y una comparación de nuestras capacidades, nuestras ventajas comparativas en relación a otros actores de la cooperación y hacemos además un análisis de la información sobre los actores de la sociedad civil que son nuestra contraparte. A partir de ahí hacemos un acuerdo que llamamos marco, donde el referente número uno son las políticas públicas, pero también tomamos en consideración las iniciativas de la sociedad civil.
Tenemos entendido que las relaciones con el Gobierno boliviano han pasado por algunos momentos de tensión. ¿Cómo ha afectado esto a la cooperación?
Nosotros hablamos de cosas muy concretas y cuando nosotros hablamos con el Ministerio de Salud o el Ministerio de Educación son conversaciones muy cordiales. No estamos haciendo política, estamos hablando de cosas muy concretas, de proyectos que están siendo analizados dentro de sus propias prioridades. Nuestra relación, siempre que estemos hablando solamente de cooperación, es muy cordial y de bastante confianza. Hubo muy buena relación con el Ministerio de Planificación, que de alguna manera coordina todo, tenemos muy buena relación con los ministerios de Salud y Educación, porque además estamos llevando una canasta de casi 200 millones de dólares con la contribución de muchos donantes. Hemos contribuido al Plan Nacional del país. Entonces, tenemos una muy buena relación, muy amigable, porque tenemos cosas concretas, no estamos hablando de relaciones políticas y eso evidentemente facilita esa relación.
¿Cómo es el trabajo y la coordinación con las organizaciones no gubernamentales españolas? ¿Son parte de la cooperación española?
La coordinación con ellos está acordada en el plan de cooperación. Cuando nosotros hablamos de un plan de cooperación, que es el marco de cooperación país, lo hacemos con todos los actores españoles que están trabajando en Bolivia. Ponemos encima de la mesa las propuestas del Gobierno y las propuestas de la sociedad civil y hacemos un acuerdo entre las organizaciones no gubernamentales que son un eje de la cooperación española. El 25% del financiamiento se ejecuta a través de asociaciones no gubernamentales. Estamos hablando de 100 millones de euros, de 10 millones de euros en promedio anual. Dentro de los ejes prioritarios, tratamos de evitar la distracción de recursos, procurando la concentración, y acordamos cuál es el rol de las ONG y cuál es el rol de nosotros. En ese sentido, hacemos un trabajo de complementariedad y el eje es transformar y acompañar al país en su proceso de desarrollo. En este momento hay alrededor de 20 ONG españolas en Bolivia. Fundamentalmente trabajan en temas de educación, desarrollo rural productivo, salud; temas ambientales, menos; en el área gubernamental, muy poquito.
Las ONG han tenido muchos problemas últimamente con el Gobierno. ¿También las españolas?
Yo creo que a veces hay una insuficiente comprensión de lo que hacen las organizaciones no gubernamentales, tanto nacionales como extranjeras. Evidentemente, es normal que las ONG extranjeras tengan como contraparte a la sociedad civil respetando los marcos legales y las políticas nacionales, porque nadie puede venir a hacer política en salud o educativa que no esté considerada por los actores nacionales. Yo lo he dicho muchas veces que es necesario que el trabajo de las organizaciones no gubernamentales se haga adecuadamente, debidamente explicado y que además se invite a las instituciones gubernamentales para que visiten sus proyectos, para que no haya malas interpretaciones. Yo creo que las organizaciones no gubernamentales son profesionales, llevan muchos años trabajando no sólo en Bolivia, sino en muchos países. Hay que reconocer el papel de la sociedad civil. Es imprescindible a mi forma de ver que las políticas públicas respondan a las demandas de la sociedad. Yo creo que cualquier gobierno tiene la necesidad de tener una sociedad civil fuerte para que las políticas públicas recojan las sensibilidades de los ciudadanos, para que hagan política pública lo más inclusiva posible.
España acudirá a las urnas este domingo. ¿Cómo podría afectar un cambio de gobierno a la cooperación española?
Yo creo que cada vez menos, afortunadamente. Lo que más influyó fue nuestra situación económica, no especialmente a los países prioritarios, a América Latina, aunque todos los países han recibido una menor contribución. España vivía una crisis económica importante, pero la cooperación española es una política pública. Eso hace que haya una continuidad. Evidentemente, cada gobierno matiza y tiene sus prioridades, pero como nosotros también aprobamos acciones a nivel global, no sólo gubernamental, ya tenemos un marco referente. Después acordamos a nivel europeo, por lo cual tenemos otro marco. Entonces, los cambios políticos en España no modifican las prioridades. Tal vez hay modificaciones organizacionales o estructurales, pero en la contribución al desarrollo de nuestros países socios estos cambios no son tan sensibles. Estamos en un proceso electoral y esto dará un resultado, pero la política global de cooperación no tendrá cambios muy sensibles.
Iberoamérica es una de las prioridades…
Es una prioridad clarísima por muchas razones. Tenemos mucha experiencia acumulada, compromisos históricos. Las incidencias políticas van por un camino y los compromisos de la cooperación por otro. Para España, América Latina, incluida Bolivia, por supuesto que es una prioridad.
Agua potable y saneamiento, salud y educación, los ejes de la cooperación
La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) desarrolla en Bolivia diversos programas y proyectos de cooperación centrados, especialmente, en los siguientes ámbitos: agua potable y saneamiento, salud, educación, patrimonio y gobernabilidad.
En el sector de Patrimonio da apoyo al Ministerio de Culturas en diversos proyectos, como el programa nacional de escuelas taller en Sucre, Chiquitanía y La Paz; las oficinas de gestión del patrimonio en Sucre y isiones jesuíticas de Chiquitos, y la rehabilitación de la Villa de París como futura ampliación del Museo Nacional de Arte.
En el sector de Gobernabilidad, en 2014 concluyó un programa con fondos de la Unión Europea el fortalecimiento de la independencia judicial en Bolivia.
El apoyo de la AECID está centrando principalmente en el sector del agua, con varios proyectos de construcción de redes de alcantarillado, baños ecológicos y suministro de agua potable, especialmente en los departamentos de La Paz, Oruro y Cochabamba.
"Bolivia ha hecho grandes avances en el tema de agua potable. Ha conseguido el de la población. En saneamiento todavía hay mucho más recorrido. Yo me imagino que la final de año vamos a tener los datos de saneamiento. El agua y el saneamiento van a seguir siendo con seguridad una prioridad. Lo mismo podemos decir de la educación”, dice Sancho al referirse a la futura cooperación de la AECID.
Un instituto gracias al canje de deuda por educación
Uno de los proyectos estrella de la Cooperación Española en el sector de la educación es la construcción y equipamiento del Instituto Tecnológico de Patacamaya, a un costo total de 2,4 millones de dólares.
El proyecto, considerado un hito en la colaboración bilateral y que según la agencia transformará la formación profesional en esa región y ayudará a reducir los altos índices de emigración de su juventud, es fruto del programa de canje de deuda por educación firmado por Bolivia y España. Este acuerdo contempla a su vez el llamado Programa de Capacitación y Formación Integral a Jóvenes Bolivianos, en el q ue se incluye la construcción y puesta en marcha de institutos tecnológicos.
"El canje de deuda es un instrumento financiero, pero como instrumento financiero debe apoyar o financiar acciones concretas. El marco de negociación de canje de deuda es de 69 millones de euros. La condonación de deuda se convierte en recursos económicos, pero no para ser utilizados indiscriminadamente. Ya hemos acordado con Bolivia que se van a dirigir a lo que se llama programas de cohesión social, como agua potables y educación. Es decir, en lugar de devolver a España esa deuda, lo que se hace es invertir en desarrollo. La única diferencia es que esta se hace en infraestructura”, señaló Sancho.
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