Historia de vida Rudy: “Quiero encontrar a mis hermanos”

Rudy Mamani Mamani, de 18 años, quien en las próximas semanas ya no será parte del centro de acogida “Félix Méndez Arcos”, dependiente de la Gobernación de La Paz, relató a EL DIARIO su trajinar por las calles desde sus cinco años, ahora que cumplió la mayoría de edad, tiene varias metas que cumplir, una de ellas encontrar a sus dos hermanos menores.

Abandonado junto a sus dos hermanos, en un hogar, a su corta edad, cinco años, ahora sólo tiene recuerdos vagos de sus padres, a quienes recuerda muy poco, Rudy experimentó lo bueno y malo de la vida.

“No recuerdo ni siquiera la voz de mi madre, sólo sé que ese día hacia bastante sol y de pronto estábamos en otra casa, pero no había sido una vivienda, sino un hogar de acogida, para menores de edad”, señaló.

Pasó por más de cuatro hogares, a sus 14 años llegó al centro de acogida “Félix Méndez Arcos”, donde actualmente se encuentra, pero que en pocos días deberá dejar, porque ya cumplió la mayoría de edad. Rudy se siente listo para independizarse porque aprendió muchas cosas en aquel sitio.

Desde corta edad aprendió a cocinar, lavar, hacer todo tipo de manualidades, carpintería y mecánica para que de esta manera estas actividades le ayuden a lograr sus metas y sea un adulto responsable y obtenga una profesión, un trabajo, de ese modo pueda solventarse económicamente.

La vida formó a Rudy como una persona que tiene muchas metas, sueños que cumplir con su profesionalización, pero antes se ha propuesto encontrar a sus dos hermanos menores, de quienes, reiteró, que fue apartado a muy corta edad.

“Llegue al centro de acogida donde están aún, desde hace unos tres, cuatro años, a veces me es difícil recordar los tiempos, prefiero olvidarme y vivir el presente para un bonito futuro, pensar en mis metas y desafíos, para que una vez que encuentre a mis hermanitos y estar junto a ellos, viviremos en mi familia, tenemos que estar juntos”, dijo.

DEJAR EL CENTRO

Rudy señaló que se encuentra preparado para dejar el centro de acogida, ya que cumplió su etapa y para esto sus tutores, profesores, compañeros, le enseñaron a poder desenvolverse sólo y trabajar para poder pagarse sus estudios.

“Acá nos preparan, pero al cumplir 18 años, debemos irnos del centro y poner en práctica todo lo que nos han enseñado. Acá somos como familia, no sólo nos han educado en la repostería, mecánica, carpintería, también nos han hablado de los valores sociales, para no hacer actos malos, me voy a portar bien cuando este afuera”, señaló.

CIUDAD DEL NIÑO

Entre tantas cosas que aprendió Rudy, está el de la preparación de panetones: “Cada fin de año, junto a otros compañeros, nos proponemos elaborar el Panetón ‘Ciudad del Niño’, correspondiente al centro de acogida Méndez Arcos”.

Relató que, junto a sus compañeros, pusieron a la venta 5¨.000 unidades con un costo unitario de Bs 28, dinero que es usado para el emprendimiento económico de los jóvenes que viven en aquel centro de acogida.

PSICÓLOGA

Cada día llegan más de 10 niños a diversos hogares de la ciudad de La Paz, la mayoría de ellos porque fueron abandonados por sus mismos padres, familiares o tutores. No todos los niños logran permanecer en aquellos recintos, unos se escapan para vivir en las calles y se dedican a las drogas y al alcoholismo, según dijo la psicóloga Carmen Tapia.

La experta explicó que es probable que un niño o adolescente haya llegado a los programas de acogida o de adopción con un diagnóstico del síndrome alcohólico fetal o algún tipo de trastorno del espectro alcohólico fetal, también existen menores de edad que llegan descuidados y maltratados.

“Puede ser difícil obtener cualquier información histórica de los niños que llegan a los hogares, ya que algunos provienen de las provincias y hablan aymara y en otros casos los niños se niegan a comunicarse”, aseveró Tapia.