El inicio de su historia se dio en pleno centro de la ciudad de La Paz en 1878. Cerca de lo que hoy es El Prado, por donde paseaban caballeros y damas elegantes, un grupo de señores estableció una organización social que acogía a huérfanos, contaba con escuelas y un hospicio. La Sociedad Católica San José (SCSJ) no sólo fue pionera del trabajo sin fines de lucro, sino que ha sobrevivido a cualquier viento de cambio que haya sucedido en Bolivia.
En la cuadra que está rodeada por la actual avenida Mariscal Santa Cruz, la calle Oruro, Murillo y Almirante Grau se establecieron los servicios de la institución, los cuales funcionaron con ayuda de religiosas. Cuando empezaron faltaban años para que el primer automóvil llegara a Bolivia (1903) y el país estaba a muy poco de vivir la Guerra del Pacífico.
"El hogar San José funcionó 100 años básicamente en la calle Almirante Grau (...). El municipio de La Paz donó el predio que inicialmente fue la Casa de la Moneda, en donde actualmente está el Palacio de Telecomunicaciones. Debido a que creció el número de personas necesitadas y huérfanos de guerra (del Pacífico) la sociedad fue comprando pequeños predios que se llamaban chacarillas en la cuadra”, comenta la directora ejecutiva, Mónica Zalles-Flossbach.
En un tiempo en el que el término Organización No Gubernamental (ONG) no existía, esta institución -que recibió el Cóndor de Los Andes por sus 80 años de labor en 1958- se constituye en la primera en su tipo en Bolivia que continúa activa 137 años después.
La SCSJ trabaja actualmente como una Asociación Civil sin fines de lucro con la misión de dar una respuesta adecuada a las necesidades de la población en riesgo. Reto que asume con mucha responsabilidad y conciencia social desde un inicio, según explica Zalles-Flossbach.
Transformación y los centros
Un siglo después de su fundación, en 1980, la sociedad dejó de contar con el apoyo de religiosas que administraban los hogares. La SCSJ desarrolló propuestas de apoyo y atención a niños, niñas y sus familias orientadas hacia la prevención en los campos de salud y educación como una respuesta más a la problemática social del país.
Se realizó una encuesta socioeconómica y un simposio junto a Unicef para identificar las mejores maneras de intervención para apoyar a familias en situación de riesgo y se determinó que la zona más indicada era la ladera Oeste de La Paz debido a que existían asentamientos desordenados de migrantes del área rural y relocalizados mineros.
En 1989 se inauguró el centro integral San José Las Lomas (municipio de La Paz) . Se asumió un trabajo participativo con los padres de familia y la comunidad a través de la implementación de un modelo de atención integral, una modalidad que se lleva a cabo hasta el presente.
Los pilares fundamentales de este modelo son: el Programa de Apoyo Educativo, el Programa de Salud, el Programa de Apoyo a Pequeños Emprendimientos y el Programa de Participación Comunitaria.
En 2001 se abre el Centro Integral Santa María Alpacoma (municipio de Achocalla) debido a la gran cantidad de familias que requerían los servicios que se brindaban en Las Lomas, pero que vivían en zonas alejadas. El trabajo, sin embargo, se inició en 1996 con el Proyecto de Escolarización para el Niño/Niña trabajador de siete a 12 años, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo, que tuvo una duración de cuatro años.
Las familias beneficiarias de los centros, según explica la memoria de la SCSJ, se caracterizan fundamentalmente por sus bajos niveles de ingreso económico y carecen de educación y/o capacitación.
Los padres trabajan en actividades eventuales y perciben una remuneración económica mínima. Por ello, incorporan a sus hijos, desde pequeños, a la fuerza laboral del sector informal para garantizar con ese aporte la supervivencia familiar. Esta situación provoca la deserción escolar, la desnutrición, la explotación, entre otros factores, que exponen a los menores a una serie de riesgos.
"Trabajamos desde los seis meses hasta los 24 años con diferentes grupos etarios y varios programas de intervención (...). Los niños en edad escolar vienen una a dos veces por semana, como parámetro al centro; tenemos otros que están durante todo el día. Por otro lado, trabajamos en 10 zonas de intervención”, explica el director del centro integral San José Las Lomas, Wilfredo Castro Pabón.
Los programas y los centros
Entre los programas implementados está el Buen Trato en tus Manos, que surge a raíz del trabajo realizado con el proyecto Listos para el Futuro, al detectarse problemas de maltrato y falta de diálogo como forma de corrección a niñas, niños y adolescentes. Los proyectos trascienden los centros y se han expandido de zonas aledañas a los centros infantiles municipales.
"Se fueron identificando necesidades. Por ejemplo, en un momento se vio que debíamos apoyar a una cantidad de niños menores de seis años con una propuesta en sus hogares. Para eso se desarrolló el proyecto Listos para el Futuro y se consiguió financiamiento y se logró que las madres trabajen con sus hijos”, explica Zalles.
Desde el año 2000, la SCSJ cuenta con un fondo donado por la doctora María Josefa Saavedra, la primera mujer en formar parte de su directorio. La beca Saavedra está dirigida a personas y estudiantes de escasos recursos económicos que estén relacionadas con la institución, para que se preparen a nivel técnico y una vez que perciban un salario puedan costearse una carrera universitaria.
En 2013 se implementa el programa Seguridad Alimentaria Nutricional para el Desarrollo Humano Integral que se aplica en las zonas de intervención de la SCSJ. El trabajo se realiza de manera conjunta con la Fundación Alternativas y Canadian Feed the Children.
Más de 1.500 niños y jóvenes
Actualmente, más de 1.500 niñas, niños y adolescentes, y 750 familias son beneficiados directamente con estos servicios y de manera indirecta se llega a más de 50.000 familias que residen en las áreas de intervención de los centros integrales y proyectos.
"Los niños vienen después de la escuela, les proporcionamos almuerzo, apoyo pedagógico, entre otros. Nosotros trabajamos con siete zonas en las que consideramos que aún hay un índice importante de deserción escolar por diferentes factores como el trabajo infantil”, explica la directora del Centro Integral Santa María Alpacoma, Delia Poma Valverde.
Como desde sus inicios, cuando los caballeros de la alta sociedad que la conformaron, hoy la SCSJ elabora proyectos, busca financiamiento y establece convenios con diferentes instituciones privadas y públicas, como el municipio de La Paz. Los padres de los niños asistentes pagan un monto para cubrir gastos mínimos.
La institución pone una fuerte contraparte en proyectos y cuenta con la ayuda de voluntarios de la UMSA, el Servicio Británico, la Universidad Católica Boliviana, entre otras instituciones.
La SCSJ no dejó de funcionar y brinda un servicio social a lo largo de dos guerras, dictaduras, golpes de Estado y cambios económicos. Ha recibido varios reconocimientos, es una organización que se ha sabido adaptar al siglo XXI y, según sus trabajadores, esperan seguir siendo parte de la historia de La Paz.
Fondos, parqueo y Mi Teleférico
El 30% de los ingresos que tiene la Sociedad Católica San José (SCSJ) para sostener económicamente las actividades del Centro San José Las Lomas y Santa María de Alpacoma -que brinda servicios a más de 1.500 niños y jóvenes- y el de la institución proviene de un estacionamiento, ubicado en la calle Almirante Grau, 170.
El estacionamiento está en la propiedad que le quedó a la institución que una vez abarcó toda la cuadra.
Según ha publicado la empresa Mi Teleférico, en las cuales se anuncian los recorridos de las nuevas líneas, este estacionamiento se convertirá en la estación denominada San José.
Consultada al respecto la directora ejecutiva de la SCSJ, Mónica Zalles, señaló que la institución tiene conocimiento de dicho anuncio. Sin embargo, la expropiación aún no fue notificada. La propiedad tiene más de 4.000 metros cuadrados.
No comments:
Post a Comment