Según Jubileo, suba de producción de gas amortigua baja de petróleo

La baja del precio del petróleo a nivel mundial, que llegó a los 40 dólares por barril y hoy tiene un ligero incremento cotizándose en 60 dólares,

afectó fuertemente a la industria de hidrocarburos en el mundo, pero en Bolivia menos. ¿El motivo?, según la Fundación Jubileo esto se debe a que la producción de hidrocarburos en este país aumentó en al menos un 50 por ciento en los últimos años.
Entre los años 2007 y 2010, la producción de gas en Bolivia alcanzaba un promedio de casi 40 millones de metros cúbicos día (MMmcd). Hoy en día, Bolivia produce 60 MMmcd, de los cuales un 70 por ciento de esa producción proviene de los campos gasíferos San Alberto, Sábalo y Margarita, que están en Tarija.
“Ese incremento de producción permite amortiguar los efectos de la disminución en el precio del petróleo. No compensar en su totalidad, porque hablamos de una importante disminución en los precios”, afirmó el analista de industrias extractivas de la fundación, Raúl Velásquez.
Sin embargo, ésta no es la única medida que permite a Bolivia afrontar esta caída, puesto que la fórmula de venta de gas aplicada en los contratos con Brasil y Argentina en la década de los 90, ha permitido sobrellevar de mejor manera la crisis por la que atraviesa el sector. Ambos contratos de compra–venta de gas natural establecen que el precio es fijado trimestralmente.
En el caso del contrato con Brasil, el precio es calculado con base a una fórmula que vincula el precio con la cotización de tres fuel oíl, mientras que en el caso del precio de exportación a Argentina, la fórmula de cálculo considera los mismos tres fuel oíl y adiciona la cotización de un diesel oíl.
“Los tres fuel oíl que figuran en las fórmulas presentes –tanto en el contrato de compra y venta de gas natural suscrito con Brasil como con Argentina– dependen en gran medida del precio internacional del barril de petróleo, fundamentalmente del precio West Texas Intermediate (WTI) y del precio BRENT (precio de referencia del crudo en el mar del norte), motivo por el cual las variaciones, ya sea incrementos o caídas en ambas cotizaciones internacionales del barril de petróleo, inciden en el precio de exportación del gas natural boliviano”, señala el informe de Jubileo.
Al respecto, la también analista de Jubileo Célica Hernanes dijo que si bien se sabe que esta baja del precio del crudo afectará los ingresos de Bolivia, aún no se conoce un monto exacto sobre la pérdida que implicaría esta caída. No hay un monto exacto, no nos animamos a calcular.
“Si uno quiere hacer una proyección de los ingresos que no vamos a recibir este año hay que tomar en cuenta la fórmula del precio del gas que toma cotizaciones de trimestres anteriores, e incluso de dos trimestres anteriores. Por ejemplo, el precio que tuvimos en enero no ha sido basado en el precio internacional de enero, sino el que se cotizó entre junio o diciembre de año pasado”, expresó.

Exploración, una debilidad
El incremento en la producción, como una medida para afrontar la caída del crudo a nivel mundial, no significa necesariamente que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) haya encontrado más reservas. De hecho y según Jubileo, esto pasa debido a que se está explotando los pozos actuales de forma más violenta.
“En el caso de Bolivia no hubo grandes descubrimientos, salvo algunos que entrarán en funcionamiento el próximo año como Incahuasi por ejemplo. Pero la principal explicación para el aumento de producción es que la reserva que tenemos la hemos venido recuperando de forma más rápida”, manifestó Velásquez a tiempo de manifestar que la exploración es una de las principales debilidades del actual Gobierno.

Saldos millonarios en caja y bancos

Otro de los datos arrojados por Jubileo y que consideran debe ser tomado en cuenta en los departamentos, tiene que ver con la capacidad de gasto de los gobiernos subnacionales. Según recordaron, al cierre de la anterior gestión se registró un aproximado de 4 mil millones de dólares como saldos en caja y bancos, lo que a su entender implica que no hay una capacidad de gestión en los gobiernos subnacionales.