Sunday, August 23, 2015

Marco Gandarillas, director ejecutivo del Cedib 'La política no es patrimonio del gobierno'

Señores de las ONG, ustedes no tienen derecho a entrometerse en asuntos políticos de nuestro país, si se entrometen se van fuera”, apuntó amenazante, Álvaro García Linera, Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, al apuntar directamente al Centro de Información y Documentación de Bolivia (CEDIB), al Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), a la Fundación Tierra y a la Fundación Milenio. A esas cuatro organizaciones las que vinculó con partidos de derecha y el "trotskismo" por estar financiadas, según él, desde el extranjero. Marco Antonio Gandarillas, Director Ejecutivo del Cedib, con 45 años de trabajo dedicado a la información, documentación e investigación y con sede en Cochabamba, en contacto con El Día, se refiere a los ataques del Gobierno y al rol de las ONG.

P. ¿Cómo cataloga este ataque frontal del Gobierno?
M.G.: Es atentatorio a la libertad de expresión y una muestra de los intentos de control hacia la sociedad civil.

P. ¿Están preocupados como Cedib?
M.G.: Nos preocupa que se quieran conculcar derechos básicos como los de libre expresión y asociación. El retroceso ante el que estamos es de casi 40 años. Por eso nos parece esencial la respuesta contundente que se ha generado desde dentro y fuera de Bolivia rechazando los ataques a ambos derechos.

P. ¿A qué atribuye esa actitud repentina?
M.G.: No creemos que sea repentina, desde mayo amenazan a quienes se opongan a la destrucción de las áreas protegidas. De un modo más general, desde el 2013, el gobierno viene desplegando una política de control y amedrentamiento hacia las organizaciones de la sociedad civil mediante la Ley de personalidades jurídicas No 351, norma que viola los básicos derechos a la libertad de asociación y que le ha permitido silenciar a muchas organizaciones y ONG ante el riesgo de perder su personalidad jurídica.

P. El presidente Evo Morales dijo que ya no hacen falta las ONG, dado que se ha reducido la pobreza.
M.G.: La pobreza es tan solo un ámbito de acción de las ONG. Los derechos humanos (entre los que resalta los derechos de las mujeres), la democracia y el medio ambiente son cuestiones predominantes en ellas, porque la pobreza es tan solo una expresión de la desigualdad y la injusticia.

La crisis económica que estamos empezando a afrontar, por la caída de los precios de las materias primas, puede hacer retroceder los logros en materia de lucha contra la pobreza e incrementar la desigualdad y las injusticias. Cualquier Estado democrático promueve la defensa de los derechos humanos y las más amplias libertades, temas vitales para la sociedad y las ONG. En ese sentido deberían ser leídas las declaraciones del representante de la UE en Bolivia, en sentido que un estado fuerte necesita de una sociedad civil igualmente fuerte.

P. ¿Cuál ha sido el aporte al país en el caso de la ONG y en particular del Cedib?
M.G.: Somos el mayor centro de documentación hemerográfico especializado de América del Sur y uno de los centros de investigación más prestigiosos de Bolivia.

P. ¿Fue oportuno el pronunciamiento de los intelectuales de América Latina?
M.G.: Sí. En primer lugar son personalidades que conocen de cerca las organizaciones atacadas y en segundo porque conocen también al país. Su solidaridad fue y es muy importante porque expresa la preocupación con una situación inverosímil en que un gobierno que se dice de izquierda ataca derechos que en el mundo entero son defendidos por la izquierda democrática.

En segundo Lugar, son personalidades muy influyentes en el mundo académico y político, que le generan una muy notoria pérdida de credibilidad internacional y seguirán atentas a la evolución de las acciones del gobierno.

P. ¿Hacen política las ONG como califica el gobierno?
M.G.: Todos los seres humanos hacemos política, la política no es patrimonio de los partidos o de los gobiernos. Que el gobierno pida a las ONG que no hagan política, que solamente se dediquen a proyectos de desarrollo o lucha contra la pobreza, es pedirles que no defiendan derechos humanos; es decir que sean funcionales al poder y le den la espalda a la sociedad. Dicho esto que no se malinterprete, el CEDIB es un centro pluralista, apartidario y aconfesional.

P. ¿Cómo están subsistiendo económicamente ustedes, dado que la arremetida del gobierno es de mucho tiempo atrás?
M.G.: Con severas limitaciones, porque el Cedib se sostiene gracias a la solidaridad nacional (de miles de usuarios que se suscriben o adquieren servicios de información) e internacional, de donantes y proyectos de solidaridad. Las irresponsables amenazas del vicepresidente de expulsar a nuestras contrapartes en proyectos de cooperación, ponen en riesgo la continuidad de vitales servicios que, por ejemplo, ninguna biblioteca estatal presta.

P. ¿Cuánto pierde el país si se cierra el Cedib?
M.G.: La pérdida patrimonial sería inconmensurable. La pérdida en términos de derechos sería histórica, un retroceso de décadas.

P. ¿Cuánto apoyo han recibido estos días por esta situación?
M.G.: Las muestras de solidaridad nos han conmovido, miles de personas se han manifestado en redes sociales repudiando los ataques y las descalificaciones, mostrándonos su respaldo. Por otra parte, socios, amigos y aliados han generado una campaña de solidaridad que ha recogido más de 150 adhesiones de personalidades internacionales de la talla de Joan Martines Alier o Silvia Federici que son académicos de talla mundial, junto con grandes intelectuales bolivianos como Silvia Rivera, Xavier Albó, entre tantos otros. Además de más de 50 organizaciones internacionales como el Transnational Institute (TNI) o la COICA y nacionales como la histórica Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia.

P. ¿Seguirán con el mismo ritmo y fortaleza de trabajo?
M.G.: Seguiremos a pesar de las amenazas y denunciaremos cualquier acto que ponga en riesgo nuestras actividades regulares. Invitamos a la población a visitar nuestra web: www.cedib.org y a seguirnos en redes sociales: @cedib_com. Nuestra fortaleza son quienes ocupan nuestros servicios.

La disidencia o la crítica intelectual, no se combate a fuerza de censura y amenazas, sino con más debate, más apertura y más democracia El único problema es el contrariar las expectativas gubernamentales'

Académicos e intelectuales de Europa y Latinoamérica
en carta dirigida al vicepresidente Álvaro garcía linera

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